EmilioM Rodríguez

Cuando empecé la terapia venía de un camino muy oscuro. Tenía un “sin sabor” con la vida, había desilusión en mi corazón y se reflejaba en todo lo que hacía y lo que decía.

 

Cuando llegué a MADRÁS  sentí un fuerte calor y por primera vez noté y sentí el valor de la amistad verdadera. Allí me hice una pequeña sabia, un aprendizaje que sigue en mi camino y que gracias a él vivo mucho mejor.

 

Cuando yo comencé a cambiar, todo a mi alrededor cambió también.

Desde que pisé por primera vez MADRÁS mi vida ha dado un giro de 360º, comencé a conocerme a mí misma y a los demás.

 

EMILIO fue primero mi guía, luego mi maestro, luego mi compañero y después mi amigo. Gracias a él todo cambió, incluido el infierno en el que vivía. Agradezco su entrega, su cariño y su buena voluntad.

Es un abrazo para el alma.